Tenemos muchas razones que se sintetizan en una: la escuela pública está en peligro y no se garantizan hoy condiciones dignas ni para estudiar y aprender, ni para enseñar y trabajar.
A pesar de las promesas del gobierno frente a las tomas de los estudiantes, las condiciones de los edificios siguen siendo desastrosas y falta equipamiento. Hay escuelas que se caen literalmente a pedazos, otras sin gas, con goteras, inundadas en cada tormenta, con caños cloacales que se desbordan o tienen pérdidas, obras sin terminar, ventanas y bancos rotos, paredes electrificadas, matafuegos sin recargar. Esta situación hace que perdamos días de clase permanentemente por problemas edilicios.
Hay escuelas de la ciudad con grados de más de 40 alumnos. Faltan miles de vacantes en jardines de infantes, especialmente en la zona sur; mientras que las salas maternales públicas casi no existen. Hay escuelas compartiendo edificios (por ejemplo en la escuela de Danzas 2 donde funcionan 5 escuelas más los bailarines del Colón también con problemas edilicios) y otras funcionando en edificios provisorios que se han convertido en permanentes porque nunca se construyen los prometidos. Además se redujeron las becas para los estudiantes y las viandas son incomibles.
A esta situación desastrosa se suma que los salarios docentes son bajos, hay miles de docentes contratados en situación de inestabilidad y precariedad laboral; además, los docentes que recién toman cargos pasan meses y meses sin cobrar sus salarios (sí! Trabajamos gratis durante meses!).
Sabemos que estas políticas ni son nuevas, ni se dan solamente en nuestra jurisdicción. Pero en nuestra ciudad, el deterioro planificado de la educación pública se expresa de manera brutal bajo la gestión del macrismo. El gobierno de Macri recortó el presupuesto de infraestructura escolar (de $ 317.000.000 en 2008, a $ 145.000.000 en 2010) y además lo sub-ejecuta (se gastó sólo el 7% de lo previsto).
A contrapartida del abandono de la escuela pública tiene beneficiarios: la educación privada vio aumentar sus subsidios estatales de $ 405.000.000 en 2008, a cerca de $ 800.000.000 en 2010. Así, la Ciudad de Buenos Aires se afirma como la que mayor grado de privatización en educación ha alcanzado: las estadísticas oficiales reconocen que 1 de cada 2 alumnos de Primaria y Media asiste a escuelas privadas. No hace falta ser matemático para resolver la ecuación: con el desplome de la escuela pública se financia el crecimiento de la escuela privada.Mira el álbum completo en Flickr
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